Noticia de Plena inclusión
Hoy en día la ética no es un valor al alza.
En realidad, en Plena inclusión sí que genera
una conversación general y compartida
que en estos meses está en franca ebullición.
Congresos, formaciones, documentos,
un Código y un Proyecto común
que enmarca estas iniciativas,
son algunas de las respuestas
del movimiento asociativo
ante el reto que en la ponencia
del Plan Estratégico conecta
dignidad y comunidad como
2 términos que deben ir
de la mano.
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El movimiento asociativo de Plena inclusión se ha embarcado en un viaje compartido que aspira a responder a las preguntas que nacen de los cambios que genera la sociedad del siglo XXI, en el marco de su objetivo de defender los derechos y la calidad de vida de las personas con discapacidad intelectual y del desarrollo y de sus familias. Y toda respuesta debe tener como referencia ciertos principios éticos fundamentales. Por esta razón, Pedro del Río, responsable del Proyecto Ético de Plena inclusión España, señala que urge poner en coherencia lo que se hace, cómo se hace y por qué se hace. “No buscamos solo la reforma del Código Ético. Nos planteamos avanzar en términos de coherencia y para lograrlo debemos incidir en el principio de la personalización de nuestra acción que conecta con el empoderamiento de las personas con discapacidad, la apertura de espacios de autorrepresentación y avanzar en la desinstitucionalización”.
El pasado mes de septiembre, se celebró en Oviedo el Congreso Estatal de Ética del movimiento asociativo. Organizado de forma conjunta por Plena inclusión España y Plena inclusión Asturias, este foro sirvió para la presentación del Proyecto Ético de la organización. Y este, según confirman a la revista VOCES sus responsables, pasa por promover la reflexión interna y extender la formación sobre aspectos claves como son el buen gobierno, el buen trato, el plan TEA, etc. “Cualquier planteamiento ético que hagamos debe aterrizar en el día a día de las personas con discapacidad y en la práctica cotidiana de profesionales, familias y las personas voluntarias que les apoyan”, explica Del Río.
Otro de los grandes retos para Plena inclusión reside en la reelaboración del Código Ético, para que sirva de referencia a los 46.000 profesionales, las más de 150.000 personas con discapacidad intelectual a las que se apoya y los más de 280.000 familiares de estas personas. El proceso de creación de dicho Código Ético se ha iniciado en octubre de 2023. La propuesta pretende recoger la participación de cerca de 1.500 personas, en distintas fases, y se espera que pueda estar terminado para verano de 2024. Este nuevo documento supone la actualización del Código Ético existente y con él se pretende dar respuestas a los dilemas que surgen cada día y que tienen que ver con realidades emergentes.
Desde diversos órganos de Plena inclusión se insiste en la importancia que reviste consolidarse, como organización plural, en principios éticos sólidos, compartidos y revisables. Este postulado, quedó reflejado con nitidez en la ponencia del futuro Plan Estratégico de Plena inclusión, presentada en Valencia, en el verano de 2022, en el Congreso ‘Ganamos en Comunidad. En dicha ponencia se afirma: “Resulta esencial, y forma parte de nuestra tradición, incorporar una convicción ética compartida de nuestro proceder como personas, organizaciones y comunidades”. Para añadir, más adelante: “En el contexto de las tensiones sociales y las posiciones antagónicas y polarizadas, entendemos que es preciso que nuestra organización posea procesos de reflexión ética permanente que ayude a alumbrar los caminos complejos por los que transitamos y transitaremos”.
Y para discernir desde referentes fiables en el campo de la reflexión ética, Plena inclusión se dotó, en 2005 del Comité de Ética, un órgano consultivo formado por personas de reconocido prestigio en el ámbito académico y profesional. Junto a ellas, forman parte de este comité: familiares y personas con discapacidad intelectual y del desarrollo.
Este órgano está a disposición de quien desee hacerle consultas sobre cuestiones éticas. Las respuestas son personalizadas, confidenciales y atienden tanto dudas sobre casos concretos. Además, Plena inclusión siempre tiene como referencias ciertos documentos de gran valor como: la Convención de la ONU sobre Derechos de las Personas con Discapacidad, los Objetivos de Desarrollo Sostenible, los principios de la Bioética, etc.